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Comentarios literarios

domingo, septiembre 19, 2010

Poema del libro "En las frías rodillas del mundo" de Ingrid Odgers

Fluye
 

Fluye la sangre de mis dedos
de mis ojos
de mis manos
metida en la trampa
en la hondura pegajosa del bosque
dibujo senderos
escudriño horizontes
perdida en el sótano del prejuicio
en el escándalo de las cortezas del mundo
que atropellan
mis pies atados permanecen
como perros heridos
vapuleados por la corte del abismo
del hambre de estrellas
del abandono
que injuria
sin madre
sin pechos.

Prohibida de mi
muevo la columna
con un puñado de palabras libero la prisión
el filo amargo del concreto.

Arde el alma
como un faro rojo
preñado de constelaciones
por la ráfaga del movimiento
y tropiezo
y caigo
muerdo las heces
hundo mis párpados en la noche gigante
de la espesa decepción
y despierto
me levanto
y prosigo en el fragor de la batalla
en medio de la inmundicia
de los tribunales cadaverizados
y junto a los seres amados
que copulan con la muerte
huyo del terror
tomo mis fantasmas
y juego a la vida
a tomar el vino de los lagares inmensos.

Balbuceo
gimo
me tiro los pelos
corro
me rompo humillada
y hastiada
prohibida de callar
de permanecer muda
balanceándome
en los afilados dientes de las máscaras
que transitan y acosan.

Dejo de ser una cerradura hermética
un pájaro roto confundido por la estructura social
y sangran mis narices
sin asco
desangra la noche en mis oídos
en las populosas avenidas
en los viejos pasajes de mi casa
en las veredas torturadas por los pasos ancianos

Una gaviota putrefacta
permanece en los durmientes
que atraviesa un caballo al trote puro
santo
desprejuiciado de modernidad
y eres tú sigilosa el presente
el agua y el pan.

En esta espantosa lucidez
brillan luceros en tus ojos
escapo del hierro de la mandíbula
salgo del laberinto
con un libro sumergido en mi seno
me fugo de los congelados cuartos que me cobijaron
del extraño idioma de la gente
y arranco los vidrios de mi rostro
de la planta de los pies
y me abro como una lengua llena de pus
hambrienta de sacramento
sin nubes
sin dominio
sin el más mínimo pudor.

En las entrañas de la sombra
mi mano suspiró
y la historia la hace a pulso
segundo a segundo
el aliento de la letra vuela
enajenado
envuelto en llama
en vértigo.

Mientras beso tus pies olvido la desdicha
paseo por la luz que salta de tu cuello
y provoca este delirio
que extermina el estallido de lo inmóvil
la médula de lo fútil
y pulveriza el silencio en mi mejilla
y en la punta de la lengua.

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Comentarios

No hay necesidad de templos, no hay necesidad de filosofías complicadas. Nuestro propio cerebro, nuestro propio corazón, es nuestro templo. Mi filosofía es la bondad. Dalai Lama

seres humanos

Los seres humanos no nacen
para siempre el día en que sus
madres los alumbran,
sino que la vida los obliga
a parirse a sí mismos una y otra vez.

Gabriel García Márquez (1927-?)


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