Si los pueblos están solos
Oscuros y solos
Y reciben infinitos besos de soledad
Me lo dijiste una noche estival en Concepción de Chile
La madrugada del 2 de enero de 2004 (ese año de Dios )
Tenía calor- vestía short y una blusa vieja-lo recuerdo bien
Me sentía poderosa con tu libro de antología
En mi humilde barrio de Lorenzo Arenas
Donde el único fulgor
Es un aire contaminado de trenes y buses henchidos
Estropeados por el paso del tiempo
Agotados de llevar gente por cien pesos
En mi pobre barrio de Lorenzo Arenas
La arena y el viento
Tacha los rostros de mis vecinos: los viejos y niños
(Es que los jóvenes se marchan buscando nuevos destinos)
Te hablaré hoy de la población
Herida a pedazos por la modernidad
(Por no decir olvidada-o -arrinconada)
Afligida por el alza del pan y los tomates
Infinitos besos de soledad atiborran los vientres
Palpan los ojos un horizonte lejano
Como las cuatro ruedas de un Volvo o un Porsche
En el patio de arena y uso común
Qué de fulgor tiene el aire Juan Gelman
Si tu libro es
La única riqueza que conservo
El único consuelo
En tanto
Miro a unos perros escarbar la basura
En el fulgor de la esquina
-nada ha cambiado desde entonces-
Desde entonces nada
© ingrid odgers toloza
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