Sitiada
En calles estrechas de pulpa sangrante
la ciudad de mi infancia marchita en
rudos golpes
es un campo abierto huerta minada
socava hombres mujeres
en llantos de niños muertos
corroen lamentos
cuerpos
de mujeres
Todo ocurre en segundos
se ha extraviado el control
la adolescencia se extingue
-en el estallido del disparo-
Crepitan los árboles las flores se apagan
las lágrimas cruzan las calzadas
Se escucha un grito en desespero
un vestido se rasga
un sombrero cae
las rodillas se desploman.
Ninguno está a salvo
Territorio de nadie
espuma verdinegra
-en bocanadas corta aliento-
como un soplo la tregua se marcha
las calaveras ríen y una madre empuña
sus manos con bravura
la ciudad de mi infancia traza
en el pecho su angustia.
Horada ansiedad
sin anuncios
ni testigos.
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