El juego de las sombras
No puede ser mío este duelo
este estado de alerta
donde palpo la noche
Y el pasado
loca cascada en vela
brasa infinita
permanece sentado en la escalera
atento a mi ojo para injuriarlo.
Parpadeo bajo la ceja oscura
fría como el metal más antiguo
clamo pámpanos a cada minuto
y la pira canta
y se desmigaja en el balcón.
Hay silencio
se pasea la melodía intacta de la mordaza
el juego de las sombras
y la memoria escarba las neuronas
empolva la garganta
y las vueltas en la cama
el dolor que sube como una lengua ebria
lame las entrañas.
No
no puede ser mío este duelo
y tomo agua
y miro al reloj
mi mano recoge las sábanas
esquiva la impotencia
el golpe
la burla que envenena el alma
y hace polvo los huesos.
No se pueden encubrir estas horas
las más largas de mi vida
ni borrar los fragmentos del olvido
que clavan las sienes
como implacables verdugos
mientras la luna se esconde
detrás de mi puerta
y yo me niego a morir cada noche.
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martes, octubre 23, 2007
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No hay necesidad de templos, no hay necesidad de filosofías complicadas. Nuestro propio cerebro, nuestro propio corazón, es nuestro templo. Mi filosofía es la bondad. Dalai Lama
seres humanos
Los seres humanos no nacen
para siempre el día en que sus
madres los alumbran,
sino que la vida los obliga
a parirse a sí mismos una y otra vez.
Gabriel García Márquez (1927-?)
para siempre el día en que sus
madres los alumbran,
sino que la vida los obliga
a parirse a sí mismos una y otra vez.
Gabriel García Márquez (1927-?)
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