MORRO DE ARICA
En el día un abismo
de aire
un precipicio
de sol
un hueco
de nube
En el día
un vértice de roca
un ángulo de historia
En la cima
el olor del tránsito
el olor de la muerte
Y esa sagrada figura
Qué alberga
Qué acuna
Sino han de ser llamas vientre
Sino han de ser velas cobijo
En la noche el resplandor encandila
En la sombra el titilar del ojo cándido
Desde la cima
las azoteas el pacífico la arena
Desde la cima
una alborada
La cumbre del hombre
De múltiples bocas
Un balbuceo
COPIAPÓ
En Copiapó la necesito- dijo ella un día de septiembre
te veré
yo dije, está bien.
Pero justo ese día
Mutilaron las alas
Me eternicé
Con los ojos pegados al techo
INTERROGANDO AL TRINAR DE LAS NUBES
INTERROGANDO AL LUCERO APAGADO DEL ÁRBOL
EN LA ESQUINA DEL COMPÁS
EN EL FILO DE UNA BITÁCORA
En Copiapó me dijo – nos encontramos
Pasaron los días
Y el viejo basurero cargó la bolsa del olvido
Lo vi tras la ventana
A las dos de la mañana del jueves o el viernes
Y una gaviota
arrojó un pañuelo
Asumí la despedida
Con un grueso adjetivo
Esposada a un vuelo inconcluso
Desposada
Al techo Con los ojos cosidos
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