La palabra hermosa
la lleva la lluvia
la traga el otoño
El otoño
viaja en el cepillo de dientes
y el vaso de gorgoteos
Lo veo
deambular por el rostro
marcar las comisuras de los labios
el centro de la frente
Transmuta al espejo en enemigo perverso
escudriña con sus ojos de pestañas amarillentas
roba los pájaros [esos chicos del coro]
(que habitan el corazón de los sesenta años)
los nervios
la pasión
la agilidad
de las ramas de mi árbol fecundo
Toma el pensamiento
alocado y vivo
sangriento y voraz
La palabra hermosa se la lleva la lluvia
se la traga con
sus brillantes vestidos
Viaja en los pies cansados
Transita en la espalda lunar
Cada tarde acuclilla
las rodillas
gastadas
(Los dedos torpemente vencidos
se soplan mutuamente las uñas).
Lastre otoño. Lastre lluvia.
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