Domingos,
lunes, martes,
miércoles
y jueves y viernes.
Un
cántaro en el camino
Vacío
y resplandeciente
Como largas fajas de barro
Tensadas y ribeteadas
Sostiene
la armazón
De los coleópteros
Que viene a ser en el acto del ojo
La fragilidad
La nada brilla en la humedad del trébol
En el
pasto arrebolado
En la madera de espinuda
y quemante hoguera
Domingos,
lunes, martes, miércoles y jueves.
Y
viernes.
Un
cántaro en el camino
Vacío
y resplandeciente
Recuerda
como gato al acecho
La
flaqueza lo inerme del presente
Que
cuelga vidrioso en cada brazo
Sin
fuego ni carbón.
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