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domingo, marzo 13, 2011

TREGUA


 

Amamantaron los pechos el deterioro de la carne
Todos los cuerpos inertes y grises
Blancos y pétreos
Atentos los oídos
Urgentes los reclamos
Frenaron los cuerpos otros cuerpos
Sujetaron las manos otras manos
Multiplicándose en el
Ejercicio vital del consuelo
-Vendimia del tiempo-

Tregua que dilata incertidumbres
Espesas noches de zozobra
(Se peinaron los grillos de gala
Para cantar esperanza en bamboleos)
Un coro balbuceante abriga la espalda
(Ellos duermen)
Amamantaron los pechos madrugadas
Noches silentes de longitud extrema
Albores que fluían
como leche derramada
En la boca de un niño

viernes, abril 16, 2010

Ósculo


nada de santo precisamente.
sumergido en claroscuro un párrafo insolente.
ese vocablo hipnotiza.
como impúdico o genital.
pero este es un beso.
un manuscrito de un rey en medio de ciegos y sordos.
pálida ceniza.
sombra diurna que se desplaza
suave y pesada-mente.
en especial por la mente.
como un borrascoso telescopio.
excepto que es desatado
antes de verse envuelto en el cosmos ceniciento.
y permanece por los siglos de los siglos.
es más que un tétrico instrumento.
arquitectura inasible de tiniebla
y sueño.
no lo instalen jamás en un mural.
no resulta

jueves, abril 09, 2009

TRAZOS



Una simple enumeración de las cosas

Las infinitas posibilidades de ordenar

Los libros

Las vocales

Las palabras

Como un crucigrama impasible

Mi nombre cuelga de un acróstico

Y yo dibujo bobadas en la esquina de la hoja cuadriculada

Exactamente al margen derecho

Una estrella rudimentaria

Un sol de manta y sombrero

Una araña eléctrica en el inferior izquierdo

Una simple enumeración de las cosas

Una sucesión de acordes de pasatiempos

Una silueta definida como el dibujo de una sombra

guiña un ojo sorprendida

¡Ah! Las palabras

Alza las cejas un hombre de bigotes

Y yo guardo las vocales

debajo de la mesa

Comentarios

No hay necesidad de templos, no hay necesidad de filosofías complicadas. Nuestro propio cerebro, nuestro propio corazón, es nuestro templo. Mi filosofía es la bondad. Dalai Lama

seres humanos

Los seres humanos no nacen
para siempre el día en que sus
madres los alumbran,
sino que la vida los obliga
a parirse a sí mismos una y otra vez.

Gabriel García Márquez (1927-?)