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sábado, marzo 17, 2012

CURVAS




Estoy en las fronteras del sentido habitual,
mirando cómo las piedras,
(sin que nadie las escuche pensar),
lavan su cara
con la inmovilidad del tiempo.
Winnét de Rokha.


En los límites de la razón
En medio de la niebla
lavo el rostro de los días:
Extenuaciones y saetas.

Se liberan millones de átomos
pócimas de ópalos curiosos
aletargados en piedras
bruscamente cotidianas
compacta pulpa invernal
médula de estropeada sustancia.

En las fronteras del sentido
friego y re-friego
olor de hastío
esfuerzos vanos
pupilas sin futuro.

Caprichosas curvas del destino
Niegan palmas de aire
Abundan corazones de hélices
Fragmentadas como charco
de relatos paradójicos:
El diario a diario de Cortázar
O las fábulas de Madame Leprince.

Merodean
Arrojos y afanes y reglas
Y nuevamente reglas.

Toda una historia absurda
de la mujer
en la bruma del mundo.




© Curvatura del risco. Ingrid odgers

martes, enero 18, 2011

Todo comienza a suceder



Un repentino relámpago aterriza y fornica con mi nuca los pies danzan en la retina de la noche mi mano bucea el misterio de esa piel húmeda receptiva que como egregio canto desliza un sonido de gloria intermitente. Mano a mano sucede y el cuerpo fragmentado se acopla a la cadera del insomnio. Recostada en el piano de tu sueño enhebro cansancio a un temblor inesperado. Cierro los ojos. Sé que tu cuerpo se deshace entre mis manos como pájaro en el cielo. Ignoras el lamento que me unge y que dilata el espacio febril entre las sábanas. Pese a ello todo comienza. Apago la luz.

lunes, junio 01, 2009

Sergio Ramón Fuentealba - Concepción, Chile (1934-2009 )

Sergio Ramón Fuentealba

Vendrán otros y hablarán de tu obra. Yo hablaré de tu persona, de tu carácter afable y gentil, de tu sonrisa y dulzura.

Nadie como tú me estimuló en mi trabajo poético, nadie como tú me dirigió palabras bálsamo en el ajetreo cotidiano y literario, en breves e intensas charlas. Recuerdo palabras sanadoras, manos amigas y cercanas. Hablo de empatía y corazón. Hablo de la alegría de compartir la literatura y compartirla con grandeza. Otros vendrán y hablaran de tu obra. Yo me uniré, al espíritu doliente de tus próximos, a la congoja de tus compañeros queridos. Tu espíritu reposa en alto cielo, ajeno a la prisa demoledora del tiempo actual, aquella que impidió que nos detuviéramos a conversar en la esquina de Colo-Colo y Barros Arana. Amplias sonrisas y brazos alzados se saludaron efusivos sin pensar que sería la última vez que se encontrarían en la vorágine de una impasible vereda penquista un mediodía de abril. La madrugada en desvelo me envuelve en confusa nostalgia.

Nos conocimos en la Fundación Álvarez en una Feria del Libro que organizaste años atrás. Participé en uno de los recitales. Ese encuentro fue inolvidable, tus palabras entusiastas, tu rostro feliz, tu palabra generosa y ese cálido apretón de manos bastaron para que te quedaras en mi corazón. Sucesivos eventos culturales y literarios nos reunirían en otras ocasiones. Ahí estaba tu brazo cálido, tu sonrisa espléndida, luminosa como tu palabra. Inolvidable como tú. Sergio Ramón Fuentealba, tu espíritu vivirá para siempre. Feliz y dulce viaje.

Ingrid Odgers

Un 6 de febrero de 2004, Matías Cardal escribió:

Conocí a Sergio Ramón Fuentealba Moreno en octubre del año 1985. Yo era rector del Liceo Vicente Alberto Palacios Valdés, de Tomé, cuando él solicitó una audiencia para ver la posibilidad de presentar la obra de teatro La Ventanilla, de Jean Pardieu, en una sala del establecimiento.

Había nacido este escritor en Concepción, el 23 de diciembre de 1934, en la calle Freire, a media cuadra de Colo-Colo, en una casa que su padre arrendaba a Tomás Mora Pineda.

Estudió en los Padres Franceses de Concepción, y en 1950 pasó al Liceo de Hombres Enrique Molina, colegio donde fue alumno de René Cánovas Robles, quien lo incentivó en la lectura de obras literarias, lo que lo marcó para toda la vida, convirtiéndose, desde aquellos lejanos tiempos, en un verdadero devorador de libros.

Siendo muy niño, solía viajar a Tomé para pasar algunos fines de semana en casa de su tía Olga Moreno de Moena. A la edad de 21 años, en 1955, se traslada a Santiago, año en que allí conoce a Teodoro Lowey, el actor y director, por ese entonces, del Teatro de Ensayo de la Universidad Católica.

Durante un año estudió teatro en su Academia, deslumbrándose con esta actividad. Su primera participación importante como actor, interpretando el papel de un juez, fue en la obra El Licenciado Pathelin, una obra anónima de la Edad Media.

En 1958 -estando todavía en Santiago- comenzó a escribir artículos sobre la actividad teatral en el diario Crónica de Concepción. Al año siguiente, está de regreso en la zona y empieza a escribir para el diario El Sur, una columna con el nombre de Correo Teatral.

En 1962, crea el programa El Teatro en la Radio, que dura hasta 1973. Paralelamente dicta en la Universidad Penquista un curso sobre Historia del Teatro y crea La Pequeña Compañía con Fernando Farías y Pedro Villagra. Sergio Ramón Fuentealba entra en el fascinante mundo del teatro y la bohemia. Su vida se desliza, entonces, entre alegrías y tormentas.

En 1985 comienza a visitar nuevamente Tomé y el 13 de octubre de ese año presenta en varios lugares la obra La Ventanilla y forma -ya radicado en Tomé- junto a entusiastas actores aficionados -Rubén Espejo, Carmen Baeza, Rolando Saavedra, Américo Caamaño, Humberto Cárter Galloso, Jorge Rubilar y otros- el Teatro del Litoral que -bajo su dirección- prepara el estreno de mi obra Caleta Bagres, premiada en el concurso anual de la Municipalidad de Santiago, la que tuvo una gran acogida, desde su estreno, en el Teatro Tomé hasta sus presentaciones en el teatro del Colegio Médico, de Concepción.

Sergio Ramón Fuentealba ha publicado numerosos artículos y entrevistas a personajes, parte de los cuales han visto la luz en numerosos folletos y libros, entre los cuales sobresalen Volodia Teitelboim, Gonzalo Rojas, Poeta en su Torreón, Crónicas Penquistas y Refrescando la Memoria. Sobre este último libro, Justus escribió en el diario El Sur: "Se leen con rapidez los distintos artículos en este pequeño libro, que es un solaz en medio de tantos afanes y preocupaciones del diario quehacer".

Como autor teatral, estrenó con éxito, en 1996, su obra Huellas en el Cemento y en 1997, Las Pascualas Encantadas.

Fue galardonado con el Premio Nacional de Arte y Cultura de Tomé el año 2002. Actualmente vive con su familia en Tomé, en las hermosas lomas de Veguillas, y continúa escribiendo para diarios y revistas regionales interesantes comentarios y lozanas crónicas.

Fuente: Web



domingo, diciembre 23, 2007

REMEMBRANZA



( a Valparaíso)


Navega un verso

En tus labios

Me observa La belleza

En tu vuelo hay más de una soledad

Te visita Te acompaña

LA BELLEZA


Nace

Sé que no estás

No estás

No estás más


ES UN ALA QUE te evoca

La BeLLeZa


Exactamente


EN EL BORDE LATERAL

DE MI HOMBRO

EN LA SUPERFICIE TERRESTRE

De mi barrio


SÉ QUE NO ESTÁS

NO ESTÁS


La BeLLeZa

Es una mirada de tu vuelo


En mi labio que navega

Comentarios

No hay necesidad de templos, no hay necesidad de filosofías complicadas. Nuestro propio cerebro, nuestro propio corazón, es nuestro templo. Mi filosofía es la bondad. Dalai Lama

seres humanos

Los seres humanos no nacen
para siempre el día en que sus
madres los alumbran,
sino que la vida los obliga
a parirse a sí mismos una y otra vez.

Gabriel García Márquez (1927-?)


Porque escribí