A Carlos Enrique
Salvo tú y yo
ellos fueron felices.
Éramos ciegos en busca de luz
cascabeles gritábamos cascabeles.
Alguna guía para salir del horror
de los telas funerarias
de la mies desaparecida.
Salvo tú y yo
los otros fueron felices.
Perdimos inocencia y alegría.
Luchamos
bajo el eco de casonas
y playas de moda
bajo el vacío de sus risas y copas.
Luchamos
Nos estranguló el tiempo
en mañanas rotas
noches sacrosantas / inescrupuloso yermo.
Dijimos adiós.
No logramos superar la tortura.
(c) Ingrid Odgers Toloza