AL PRÍNCIPE
Poema 8
Allí en el corcel del tiempo
Rodaron mis cabellos
Como lágrimas
Suplicando el final
La tortura del cuervo
Concluyó justo en el instante
Que el unicornio me alcanzó.
De mi boca el suspiro radiante
El aliento
Que robó la tempestad de mis latidos
Y él
El caballero de gala real
Rozó mis manos con el beso del fuego.
sábado, septiembre 12, 2015
jueves, agosto 20, 2015
De Rapunzel siglo XXI
A RAPUNZEL
Poema 9
Mientras
recorro el infausto deambular
(Como una
noche sin fin)
Me aferro a tu
recuerdo
Ciego imagino
en mis brazos
La flor de tu
encanto
Manantial de
amapolas
En el bies
de tu falda
Entonces creo,
profeso que
En este
pantanoso mundo
Ha de existir
Una luz
Una gota de rocío
Una lágrima
Que alumbre
los días
En el columpio
del sol
Sobre el jardín
De tu cuerpo.
Me abrazo al
silencio en tu figura
Estrujo la alucinación
Para descubrir
el farol
Que alumbre
nuestras siluetas
Sobre el
paisaje del reino
El reino, el
nuestro.
El tuyo y el
mío.
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De Rapunzel siglo XXI
A RAPUNZEL
Poema 10
Déjame soñar
Un mundo distinto
Déjame
Envolver los
rayos luminosos
Para saciar la
sed
La sed del
súbdito
El hambre del
vasallo
Si un rayo se
nombra pan
Si un rayo se
dice vino
Si un rayo se
dice fruto
Déjame
Verlos
derramados en los campos
En la urbe
ansiosa y mísera
El redil ha de
ser abierto
Las
cadenas visibles o invisibles
Han de
soltarse
Déjame soñar en este tráfago delirante
Que es posible
junto a ti.
Déjame.
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poesía chilena
domingo, mayo 10, 2015
Madre
Madre ausente
Celebramos la
Joya del océano
La fuente de vida
y alegría
El diamante de la ternura
Árbol y roca de
valor y lucha
Manantial
Oro fuego y sangre/
sangre fuego oro
Dorada de luna y
sol
Cabalga los cielos
En alados ángeles
Y corceles multicolores
Celebramos
A la hija de la
tierra
Guerrera de la luz
Llama perenne
Cazadora de la paz
Piel y vientre del
amor
Brazo del consuelo
Haced silencio en
el recuerdo
Y celebrad
Sin lamento ni
nostalgia
Que el manto que
os cubre
Divino es
No por la muerte
es vencido
Sino sempiterno refugio
en la nostalgia
Y su llama
calienta el invierno
Y su flama
sosiega el árido camino
¡Haced silencio os
digo!
Y escuchad,
escuchad
Que sus pies
caminan y danzan y celebran
Celebran con gozo
a la vida y la vida de sus vidas.
A mi madre
Canto madre
Por ti canto
Se eleva mi voz
sobre las tinieblas
Y susurro tu
nombre
De ternura y amor
Canto y canto por
ti
Me abrigas en las
noches
Acompañas mis días
Vives bella y
radiante
Y me empapas de ti
Siento madre
Tu calor y valor
Tu humildad y tú
fe
Yo canto por ti
Este cálido rayo
Que dejaste en mí
Me envuelve
Y acuna
En cuentos y
poemas
Sueños y fe
Qué alegría mi
infancia
De tu mano girando
Jamás has muerto
Te llevo en los
huesos
En mi piel y
cabellos
Yo vibro contigo
En cada instante
Y en cada noche
Te palpo
Y tu suave rostro
Me llama a la vida
Una vez y otra vez y otra vez
Canto y canto por
ti
Mi reina
desconocida
El oculto tesoro
Que llevo aquí
Muy dentro
Dentro
De mí.
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ingrid odgers,
poemas a la madre
miércoles, mayo 06, 2015
Poema
El óleo
Me has otorgado
el óleo. Esa liturgia tan tuya de saber que te pienso.
Con tu susurro
palpas la cítara del alma
transformada en la llave del poema
que cincela los
cerrojos y divulga furiosa la otra voz sumergida en la caricia
cantada por el
grito de tu boca.
Destrozas páramos
de norte a sur de este a oeste
en la bahía azul que
te arrebuja
El horizonte de
naranjas cae
sólo por ser como
entras en mis ojos que observan insaciables
lo arcano de tu
templo
Su fulgor
Del libro. La
llave de la otra historia,-2004
Das Öl
Du hast mir das
Öl gewährt. Diese dir so eigene Liturgie zu wissen, dass ich dich ersinne.
Mit deinem Säuseln spielst du auf der
Seelenlaute, die zum Schlüssel für das Gedicht geworden ist, das Riegel
zerbricht und vor Wut rasend die andere Stimme verbreitet, die unter den
Zärtlichkeiten verborgen ist und mit dem Schrei aus deinem Mund gesungen wird.
Du zerstörst
Einöden von Nord bis Süd von Ost nach West
in der blauen
Bucht, die dich verhüllt Der Orangenhorizont fällt zusammen nur, weil du es
bist
nur, weil du so
bist, wie du in meine Augen eindringst die unersättlich beobachten
das Geheimnis
deines Tempels
Seine Pracht
Aus dem Buch: Der
Schlüssel zur anderen Geschichte, 2004
viernes, abril 03, 2015
Latidos
Latidos
Arte de los días
arte de las noches
Estoy en la
ventana muy lejos de una ciudad llena de terror.
No ha lugar, André
Breton
Si contara los
latidos
Estrellados contra
mi almohada
Germinarían los
corales
Con su lluvia de
heridas y temores
Temores de quedar
eternamente
Rodeada de
sombras
Que giran y
giran
Invisibles/
InvencibleS
TIC/TAC
Niego la
recurrente presión del árbol
Niego la
recurrente estocada de las campanas
Niego la
recurrente amenaza de las gotas de agua
Ensombreciendo mi
ventana
Humedeciendo los
oídos
Perturbando el
Arte de los días/Arte de las noches
(Del que me habló
Breton en su ocupada paranoia)
Niego los cambios
de horarios
Que alteran los
punteros del reloj
Que ahogan los
estanques
Con el ulular del
viento
Y sus oscuras
cadenas etéreas
Paralizando los
carros de luz
Ni Árbol
Ni campana
Ni gotas
Estancando los
latidos
Oficio de
día/oficio de noche
iot, 2009
martes, marzo 17, 2015
Del libro la jaula, ediciones Orlando, 2015
Tentaciones
Mixtura de áncoras
pelo castaño
minúsculos labios
Esas manos
Ese rostro de arrojo
Toda una libertad radical
como sueño
o espejismo
o milagro
o destino
Abre una pequeña ventana
y sobre este muro de piedra
soporto estoica
mi
filosofía
mi obra la
vida
domingo, marzo 08, 2015
UN TOQUE (EN LAS FRÍAS RODILLAS, 2006)
Un toque de razón me dice el cigarrillo encendido por segunda vez
para evitar un ataque cardíaco. Ay no puedo vivir en este pantano que sobrecoge
mis cuerdas en cada latido exaltado pienso igual que Anthony de Mello lo que
los seres humanos ven no es lo que hay sino lo que les han enseñado ver. Le
hablo a la colilla que cuelga en mis dedos prosigo y tú estas igual mientras me
digo líbrate de toda naturaleza humana de ese miedo espantoso a la muerte
preocupada de la bruma sin ver más allá de las divagaciones espirituales que te
hablan de un edén que estas perdiéndote espabilándote los sesos cometiendo el
pecado de escudriñar versos y beber el vino del pensamiento ateo haraganeando
frente a un incienso disfrutas del leal confesor en que se ha convertido el
papel y cientos de ellos a través del tiempo desaliñada expiras la tristeza que
te traen los relatos del infierno. El filtro quema mis dedos y exclamo ¡ave
maría purísima! termino de consumar el crimen leyendo a Rimbaud que ataca a la
derecha y a la izquierda en sus versos del relámpago y me dice que leyó el
Eclesiastés y que Rojas le copió el relámpago para deslumbrar mi patria me
cuenta que con un chirrido de dientes le sopló la forma de atrapar los premios
literarios que no es tan genial como la academia de la lengua y los reyes creen
porque fue él y sólo él que le enseñó el enigma del juego de las palabras
mientras se paseaba entre las hermosas derrochando semen en cuanto burdel pilló
en sus escapes nocturnos siendo la bestia que copulaba con animalas peligrosas
a las que robó el alma en los coitos salvajes y les comió sin piedad alguna el
espíritu. Y Rimbaud me dice démosle un poco de
crédito a las mujeres y sus voluptuosas caderas que le inspiraron del
loco amor y agrega sin duda él viajó también en el barco borracho y
conoció la miseria cuando supo que senté
la belleza en las rodillas en una temporada en el infierno y supo que a las
brujas y al odio les confié mi tesoro. La lluvia arrecia y es verde y rojiza y
tiene un drama antiguo el mismo que tenemos los humanos enredados en las algas
que cuelgan de nuestras cabezas y en nuestra alma de niña encunclillada ante
los torpes adultos ay mi corazón lo dejas abarrotado príncipe de los poemas y
cargas la jerga del fervor pones en las manos el estandarte supremo que vive
porque nuestros ojos se llenan del horrible paisaje de las ciudades del mundo
que sólo conocemos a través de la vía satelital nuestros bolsillo están vacíos
pero unos pájaros cantan en el árbol que veo a través de la ventana y yo sigo
el tambor de sus alas para abandonar la marcha de la monstruosa explotación y
sin rubor ni una pizca de prejuicio seguir cabalgando lejos de la religión que
rinde culto al dinero y que no termina de expulsar a las poetas del paraíso
dejándonos en la cresta de la ola a punto de caer a la sima y donde temblorosas
observamos el firmamento lejos del áspero sendero que nos predicen los enanos
provistos de celulares y maletines ejecutivos cuando nos ven cobijar las letras
huérfanas sin ni un toque de razón.
DEL VIENTRE (En las frías rodillas, 2006)
Del vientre de la mañana viene un grito de pájaro enardecido el
ritmo de un torrente su ímpetu tembloroso se recoge en las cuerdas ¡a
levantarse, diablos! Y se apaga el reloj con un ojo cerrado y el pelo revuelto
como el trigo o la cizaña el pantalón no se encuentra y la polera se extravió
anoche en el juego del vamos a la cama y a buscar el pijama para desordenar las
sábanas sin olvidar el despertador la tostada arde en la punta de la lengua
junto al café de humo y lucero atiborrado. La mañana es un jinete sobre un
caballo en fuga un loco en la cornisa de la techumbre de un último piso. La
ciudad permanece envuelta en el ardor del frío. La noche una espuma sin tina
sin agua caliente el tiempo lo arrebata el microbús. Es lunes y el descanso ha
mordido las entrañas no hay tripas para calentar el despegue de la sesura el
genio y el gruñido mortal de la tardanza y un asomo de manía tiñe la neblina
matinal un embrujo se escapó al rayar el alba al compás de la escalera una
llave se busca arrebatada por la memoria. Tres veces bendigo al corazón que
late mientras refunfuño los segundos que perdí en la última vuelta de perro. La
prisa, siempre la prisa consumiéndolo todo en las nubes iguales al día anterior
de este invierno glacial ese guante que escapó en algún chaquetón olvidado. El
aceite oloroso del puntero ante meridiano unta los huesos con el color del
infierno presa de un horario que eterniza el momento de digitar el alma. Soy un
pez lejos del océano como el extranjero de Camus atravieso la ciudad en lo
redondo de Arenas en el paseo de Barros hacia Caupolicán. Son las 9:05 y me
llevo la bufanda a la boca acelero los pasos para mitigar el paisaje que se
anunció con aullidos mientras busqué a tientas el interruptor para extirpar el
humo de los párpados escuchar las noticias de la radio e inaugurar el cortejo
de peatones arriba del estacionamiento Catedral rumbo al redil sin grito sin
pájaros.
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No hay necesidad de templos, no hay necesidad de filosofías complicadas. Nuestro propio cerebro, nuestro propio corazón, es nuestro templo. Mi filosofía es la bondad. Dalai Lama
seres humanos
Los seres humanos no nacen
para siempre el día en que sus
madres los alumbran,
sino que la vida los obliga
a parirse a sí mismos una y otra vez.
Gabriel García Márquez (1927-?)
para siempre el día en que sus
madres los alumbran,
sino que la vida los obliga
a parirse a sí mismos una y otra vez.
Gabriel García Márquez (1927-?)