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martes, enero 11, 2011

Características de un buen poema


UN POEMA DE PESSOA/CAEIRO
por sergio gomez garcia


XIII
Leve, leve, muy leve
pasa un viento muy leve
y se va también muy leve.
Y no sé lo que pienso,
ni quiero saberlo.
(Poesía completa de Alberto Caeiro. El guardador de rebaños. DVD Ediciones. 2009. Barcelona. Pag 63).
Este poema recoge tres de las  características que, para mí, ha de tener un buen poema. Las explicaré más adelante.
¿Por qué lo he elegido? No es el más conocido de Pessoa. Quizá tampoco sea el más representativo del estilo de Alberto Caeiro, su heterónimo. Muchos de los poemas del poeta filósofo se mueven en la cadencia de la prosa más cercana al discurso filosófico que al poético. Su rasgo esencial es la simplicidad. Sin embargo, aquí se  recoge esa característica por medios antitéticos al resto. En la mayoría de ellos huye de los recursos retóricos propios del lirismo, como las repeticiones presentes en éste. Huye también de la rima que, no obstante, aquí se encuentra. Sin ir más lejos el poema XIV del libro comienza con el siguiente verso: “con las rimas no me llevo bien”. Huye de la adjetivación, que no expresaría su visión realista. Este poema se construye alrededor de un adjetivo sencillo pero lleno de misterio: leve.
Sorprende por todo esto. Por eso lo he elegido y  aunque sea estilísticamente antagónico al resto conserva el espíritu del resto del libro: la sencillez y la idea antimetafísica de que prefiere la visión del mundo al pensamiento: “pensar es estar enfermo de los ojos” (poema II). Para mí es el que mejor transporta a un lugar, a un momento, más allá de los conceptos. Consigue concretar en imagen el concepto. Uno ve como el viento pasa, lo siente, parece tenerlo en el cogote. Y lo hace de una manera sencilla, natural. Los recursos utilizados no se notan. El autor desaparece. Al encontrar las palabras justas ha conseguido que lo importante sea el tema, lo que ocurre, el objeto. Los dos últimos versos son una alteración abrupta con respecto al ritmo de los tres anteriores. Pero están perfectamente integrados a través del sentido. Los pensamientos son como el viento leve que se marcha. No tienen importancia. Lo importante es ver, tocar, vivir. Pensar es una traición a lo que el hombre es en relación a la naturaleza, una cosa más. Esto es lo que nos quiere decir Pessoa.

Lo que yo aprendo:
1)      El poema transporta, lleva a un lugar. Lo hace creando imágenes.
2)      Cuidado con la vanidad. El poema es más importante que el autor. El autor sobra. Es, como la carabina que acompaña a una pareja, molesto cuando se entromete en la relación lector/obra.
3)      El poema concreta un pensamiento. Es la mayor dificultad de la poesía, encontrar la imagen que explique nuestra reflexión sin intento de convencer con argumentos. Para eso está la filosofía.

Comentarios

No hay necesidad de templos, no hay necesidad de filosofías complicadas. Nuestro propio cerebro, nuestro propio corazón, es nuestro templo. Mi filosofía es la bondad. Dalai Lama

seres humanos

Los seres humanos no nacen
para siempre el día en que sus
madres los alumbran,
sino que la vida los obliga
a parirse a sí mismos una y otra vez.

Gabriel García Márquez (1927-?)